¿Funcionan realmente los colchones refrescantes? Una mirada respaldada por la investigación

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El mercado de la tecnología para dormir está en auge, con empresas como Eight Sleep y Sleepme a la cabeza en colchones y cubrecolchones con refrigeración activa. Impulsados ​​por la ciencia del sueño convencional y el respaldo de figuras de alto perfil, estos productos prometen un descanso más profundo y reparador. ¿Pero están a la altura de las expectativas? Aquí hay un desglose de la evidencia y lo que necesita saber.

Por qué la temperatura es importante para la calidad del sueño

La temperatura corporal central desciende naturalmente entre uno y dos grados Fahrenheit antes de acostarse, lo que indica al cerebro que libere melatonina y se prepare para dormir. Cuando el cuerpo lucha por enfriarse (debido a una habitación cálida, ropa de cama pesada o factores fisiológicos como la menopausia), el sueño se vuelve más ligero y fragmentado.
El sueño profundo, fundamental para la reparación de tejidos, la función inmunológica y la consolidación de la memoria, se logra más fácilmente cuando la temperatura central es más baja.

Cómo funcionan los colchones refrescantes: activos frente a pasivos

Los colchones refrescantes se dividen en dos categorías principales:

  • Enfriamiento activo: Utiliza la circulación de agua o aire para extraer continuamente el calor del cuerpo. Estos sistemas mantienen una temperatura constante, a menudo están controlados por aplicaciones para configuraciones personalizadas y brindan un enfriamiento más sostenido.
  • Enfriamiento pasivo: Se basa en materiales como espuma con gel, espuma de células abiertas o materiales de cambio de fase. Estos pueden sentirse fríos inicialmente pero calentarse a medida que alcanzan el equilibrio térmico, lo que limita su efectividad a largo plazo.

El precio es una diferencia importante. Los sistemas activos como Eight Sleep pueden costar entre $2500 y $5000 más tarifas mensuales, mientras que los sistemas pasivos oscilan entre $60 y $270.

La evidencia: el enfriamiento activo mejora el sueño

Las investigaciones respaldan firmemente los beneficios de los sistemas de enfriamiento activo. Los estudios demuestran que ayudan a las personas a conciliar el sueño más rápido, reducen los despertares nocturnos y estabilizan la arquitectura del sueño. Un ensayo informó un aumento del 16 % en el sueño profundo de ondas lentas con un colchón de enfriamiento activo.
Los beneficios son más pronunciados para aquellas personas con una termorregulación alterada, como las mujeres menopáusicas, las personas que duermen caliente, los atletas o las personas en climas cálidos. Un estudio de 2022 encontró que los protectores de colchón refrescantes reducían significativamente las alteraciones del sueño en mujeres menopáusicas.

El enfriamiento pasivo, sin embargo, tiene una base empírica más débil. Los materiales de espuma atrapan el calor bajo presión e incluso los geles infundidos pierden eficacia con el tiempo. Si bien algunos estudios pequeños sugieren caídas iniciales de temperatura, los metanálisis muestran efectos inconsistentes sobre la calidad general del sueño.

Más allá del sueño: enfriamiento y recuperación

Los colchones refrescantes también pueden ayudar a la recuperación, especialmente para los atletas. Las primeras investigaciones sugieren frecuencias cardíacas en reposo más bajas, mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) y mejores puntuaciones de preparación con el enfriamiento activo.
El sueño más fresco reduce la actividad del sistema nervioso simpático y favorece la restauración nocturna. Sin embargo, se necesitan más ensayos a gran escala para confirmar estos efectos.

Consideraciones prácticas y alternativas

Los sistemas de refrigeración activos requieren mantenimiento: descalcificación, recambios y posibles reparaciones. El sobreenfriamiento también puede ser un problema.
Antes de invertir, considere soluciones más simples:

  • Temperatura del dormitorio: Lo óptimo es entre 60 y 67 °F.
  • Ropa de cama transpirable: Algodón, lino o bambú.
  • Ducha tibia antes de acostarse: Promueve el enfriamiento a medida que el calor se disipa.
  • Calcetines: Mejora la vasodilatación de los pies para eliminar el calor.

Estos cambios de comportamiento pueden mejorar significativamente la temperatura del sueño sin el alto coste de la tecnología.

En definitiva, la regulación de la temperatura es vital para el sueño. Los sistemas de enfriamiento activo ofrecen una forma científicamente fundamentada de favorecer un descanso más profundo. El enfriamiento pasivo puede brindar algún beneficio, pero los sistemas activos son más efectivos y están respaldados por evidencia más sólida.
Se necesita más investigación, pero para quienes tienen dificultades para dormir, los colchones refrescantes pueden ser una inversión que vale la pena junto con otros hábitos de sueño saludables.