Metformina: más allá de la diabetes: un fármaco versátil con usos en expansión

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La metformina, un medicamento ampliamente recetado para la diabetes tipo 2, es cada vez más reconocida por sus beneficios potenciales más allá del control del azúcar en sangre. Aprobada por primera vez por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en 1994, la metformina sigue siendo un tratamiento fundamental para la diabetes debido a su eficacia, asequibilidad (a menudo menos de $25 por un suministro de 90 días) y efectos secundarios generalmente leves. Sin embargo, cada vez más investigaciones sugieren que también puede desempeñar un papel en la prevención de las complicaciones de la diabetes, el control de otras afecciones como el síndrome de ovario poliquístico (SOP) e incluso la reducción del riesgo de ciertos cánceres y demencia.

Cómo funciona la metformina

La metformina pertenece a una clase de medicamentos llamados biguanidas. Actúa reduciendo la producción de glucosa en el hígado y mejorando la sensibilidad del cuerpo a la insulina, lo que permite que las células musculares y grasas absorban la glucosa de manera más efectiva. Este mecanismo lo convierte en una opción principal para el tratamiento de la diabetes tipo 2, a menudo combinado con dieta y ejercicio para mantener niveles saludables de azúcar en sangre. Los médicos también pueden recetarlo junto con medicamentos más nuevos como semaglutida (Ozempic) o tirzepatida (Mounjaro) para mejorar el control del azúcar en sangre.

Protección contra las complicaciones de la diabetes

Si bien es principalmente un medicamento para la diabetes, los beneficios de la metformina se extienden a la reducción del riesgo de complicaciones graves relacionadas con la diabetes. Los estudios demuestran que puede reducir el riesgo de eventos cardiovasculares, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte en pacientes con diabetes tipo 2. Al mejorar los perfiles de colesterol y potencialmente disminuir la acumulación de placa en las arterias (aterosclerosis), la metformina ofrece cierto grado de cardioprotección.

Aplicaciones emergentes no autorizadas

La FDA sólo ha aprobado la metformina para la diabetes, pero los proveedores de atención médica la prescriben “fuera de etiqueta” para un número creciente de afecciones. Estos incluyen:

  • Obesidad: La metformina puede ayudar a perder peso modestamente (alrededor de 10 a 15 libras), lo que puede motivar mayores cambios en el estilo de vida.
  • SOP: Al mejorar la sensibilidad a la insulina, la metformina ayuda a regular el equilibrio hormonal en mujeres con SOP, favoreciendo los ciclos menstruales y la fertilidad. Algunas mujeres incluso han quedado embarazadas después de comenzar a tomar metformina.
  • Aumento de peso inducido por antipsicóticos: La metformina puede ayudar a mitigar el aumento de peso asociado con los medicamentos antipsicóticos utilizados para tratar afecciones psiquiátricas como la esquizofrenia.
  • Prevención de la diabetes: Para personas con sobrepeso u obesidad con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, la metformina puede retrasar o prevenir la aparición de la enfermedad.
  • COVID prolongado: Los primeros estudios sugieren que la metformina puede reducir el riesgo de desarrollar COVID prolongado hasta en un 41% cuando se usa en tratamiento ambulatorio.

Cáncer y salud cognitiva

Las investigaciones indican que la metformina puede reducir el riesgo de ciertos cánceres, particularmente el cáncer de mama y colorrectal, en pacientes diabéticos. Además, existe un vínculo entre el uso de metformina y un riesgo reducido de demencia, lo que sugiere que podría ser una terapia complementaria para quienes tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo.

Perspectiva experta

Como afirma la Dra. Susan L. Besser, “la metformina está ampliamente disponible con receta médica y es relativamente asequible”. El Dr. Marcio Griebeler añade que su popularidad se debe a su eficacia para reducir los niveles de glucosa y A1C en comparación con otros medicamentos para la diabetes.

Conclusión: La metformina ha demostrado ser un fármaco versátil con beneficios potenciales más allá de su propósito inicial. Desde el control de la diabetes hasta la protección cardiovascular y aplicaciones emergentes en la obesidad, el síndrome de ovario poliquístico e incluso la COVID prolongada, el papel de la metformina en la atención médica continúa expandiéndose a medida que la investigación descubre su potencial terapéutico más amplio.