NIH cambia su estrategia de financiación y abandona las líneas de pago tradicionales

0
15

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han anunciado un cambio significativo en su proceso de concesión de subvenciones, alejándose del uso de límites de financiación publicados (históricamente conocidos como “líneas de pago”) en favor de una estrategia de financiación más unificada, aunque indefinida. El cambio, detallado en un anuncio del 21 de noviembre de 2025, plantea dudas sobre la transparencia y cómo se sopesará el mérito científico con la influencia política en las decisiones de financiación.

El fin de las líneas de pago: un cambio silencioso

El anuncio en sí resta importancia a la importancia del cambio. El término “línea de pago” no aparece hasta bien avanzado el documento, enterrado dentro de una discusión más amplia sobre la racionalización de la financiación de los NIH. Esta colocación deliberada subraya un punto clave: los NIH están restando importancia activamente a una métrica en la que los científicos han confiado durante décadas para evaluar sus posibilidades de obtener fondos para investigación.

La decisión surge de una Orden Ejecutiva del 7 de agosto de 2025 emitida por el presidente Trump, que otorga a su administración un mayor control sobre la asignación de subvenciones. Esta medida efectivamente desvía el poder del proceso de revisión científica por pares, que tradicionalmente guiaba las decisiones de financiamiento basadas en el mérito.

¿Qué eran las líneas de pago y por qué son importantes?

Las líneas de pago representaban el porcentaje de solicitudes de subvención presentadas que un instituto, centro u oficina (ICO) de los NIH financiaría en un año determinado. Por ejemplo, una línea de pago del 10% significaba que sólo una de cada diez solicitudes recibiría financiación. Estas cifras permitieron a los investigadores, los defensores de los pacientes y el público evaluar la competitividad de la financiación de los NIH y responsabilizar a la agencia.

Durante las últimas dos décadas, las líneas de pago han disminuido constantemente, lo que refleja un presupuesto estancado del Congreso para los NIH frente a los crecientes costos de la investigación científica. A partir de 2025, muchas ICO tenían líneas de pago inferiores al 10%, lo que significa que menos de una de cada diez solicitudes tuvieron éxito. El último cambio elimina incluso este punto de referencia imperfecto.

Los riesgos de la opacidad

El alejamiento de las líneas de pago presenta varias preocupaciones. En primer lugar, sin una métrica transparente, resulta más difícil evaluar si las decisiones de financiación se basan en méritos científicos o consideraciones políticas. Los NIH afirman que se seguirá considerando la revisión por pares, pero el anuncio no proporciona detalles sobre cuánta influencia conservará.

Esta ambigüedad es particularmente preocupante dado el historial de la administración Trump de cancelar subvenciones ya otorgadas y retener fondos de universidades que no cumplen con sus demandas. Sin líneas de pago, el riesgo de decisiones de financiación politizadas aumenta significativamente.

¿Qué significa esto para los investigadores?

La eliminación de las líneas de pago genera incertidumbre para los científicos. Anteriormente, una puntuación sólida en la revisión por pares y una clasificación percentil por debajo de la línea de pago ofrecían una expectativa razonable de financiación. Ahora, esa correlación es menos clara. Los investigadores pueden verse obligados a adivinar si sus propuestas tendrán éxito en función del mérito científico o de factores políticos arbitrarios.

La nueva estrategia de los NIH también puede alentar a los investigadores a apuntar a las ICO con tasas de financiación históricamente más altas, concentrando aún más la competencia y potencialmente pasando por alto proyectos prometedores en áreas con financiación insuficiente. Las consecuencias a largo plazo siguen siendo inciertas, pero el cambio sin duda introduce una nueva capa de imprevisibilidad en el ya competitivo mundo de la financiación mediante subvenciones de los NIH.

En última instancia, la decisión de abandonar las líneas de pago plantea serias dudas sobre la transparencia y la rendición de cuentas en la financiación federal de la investigación. Si bien los NIH insisten en que su objetivo es una toma de decisiones más clara y consistente, la medida corre el riesgo de socavar el proceso científico a favor del control político.